Es éste un encuentro bien particular, enmarcado por una coyuntura especial que obliga a todos los aquí presentes en esta comunicación digital a aprovechar de la mejor manera los recursos que las nuevas tecnologías han puesto al servicio de la humanidad y en particular a sectores gremiales y productivos como el nuestro, para acordar desde cada uno de nuestros territorios, las acciones que deberán adoptarse para continuar haciendo del café un producto que ha demostrado a través de nuestra historia, ser el sustento esencial de la economía campesina y en los últimos tiempos, una industria transformadora de nuestros pueblos.
Coincide este Congreso virtual, Señor Presidente Duque, con su tercer año de gobierno que tiene en este 2020 la prueba más exigente que a mandatario alguno le haya puesto una pandemia que de oriente a occidente y de norte a sur, haya obligado a los gobiernos de todo el mundo a atender semejante crisis en términos de salud pública y a emprender con reconocido éxito una reactivación económica y productiva que empieza a avizorarse con optimismo y esperanza en nuestro país.
No ha ahorrado Usted esfuerzo alguno para atender con sorprendente espíritu de trabajo, las tareas que a diario impone un momento tan particular como el que vivimos. Su voz convocante, direccionadora, conciliadora y comprometida con el nuevo cronograma de gobierno que impuso esta pandemia, nos ha demostrado no sólo la sensibilidad que lo reviste como mandatario de los colombianos, sino también el compromiso que con cada sector productivo del país refrenda permanentemente para hacer de la nuestra una Colombia unida, recuperada, restablecida y proyectada hacia el futuro.
Convencidos del ánimo de su gobierno, del compromiso que demuestra a diario para continuar apostándole con confianza a sectores tan importantes para el país como el cafetero y que hoy nos ocupa en este gran evento desde la virtualidad, queremos decirle, Señor Presidente Duque que a diferencia de muchos otros sectores productivos, el nuestro resultó ser uno de los mayores generadores de ingresos familiares campesinos en estos tiempos de pandemia y ejemplo, por demás, de la puesta en marcha de medidas de excepción y de bioseguridad para garantizar sin mayores traumatismos la producción de una cosecha que a juicio de nuestros productores les resultó ser de significativa importancia en términos de productividad, calidad y precio para el bienestar de las familias cafeteras.
Por causa de la pandemia, se perdieron un número representativo de empleos en Colombia. Numerosas industrias y empresas generadoras de empleo, debieron detener su actividad productiva, suspender temporalmente sus labores y licenciar su personal, lo que motivó a su vez la puesta en marcha de subsidios y ayudas por parte de su gobierno a tantas familias que quedaron desprotegidas. A diferencia de este escenario, la industria cafetera no se detuvo, las labores culturales inherentes al cultivo y la recolección de la cosecha no sólo ocuparon toda la mano de obra que tradicionalmente compromete esta actividad agrícola nacional, sino que sirvió también para asegurar jornales a muchos hombres y mujeres que tuvieron en el café una alternativa temporal de trabajo. Fue pues la nuestra, una de las pocas industrias que ayudaron a mitigar la crisis derivada de la pandemia y un claro ejemplo de manejo de los protocolos de bioseguridad en el campo colombiano.
Es el cafetero, un sector determinante de nuestra economía nacional. De ahí que atendiendo las voces que desde cada una de las regiones productivas se hacen manifiestas en este Congreso Nacional, reiteramos a Usted, Señor Presidente, la urgencia de mantener el esfuerzo financiero para apostarle cada vez más a una caficultura renovada, que responda a los compromisos del gremio con una mayor productividad en cada uno de los departamentos y se convierta así en el mejor estímulo de su gobierno a quienes cada vez demuestran más esfuerzo y juicio alrededor de sus cultivos y adopción de prácticas en aras de mejores estándares de calidad y productividad.
Aquí, Señor Gerente de la Federación, debemos aspirar a que los recursos que a bien tenga destinar el Gobierno para tal efecto, se distribuyan de manera proporcional al esfuerzo que cada cafetero hace desde su emprendimiento bien como pequeño, mediano o gran productor.
No es ajeno el café, a los retos que desde el propio Ministerio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación ha trazado su gobierno para hacer de Colombia un país cada vez más conectado con el mundo y con las posibilidades que brinda el desarrollo tecnológico. Poder aprovechar aplicaciones de centros experimentales como CENICAFÉ para hacernos a diagnósticos reales del comportamiento variable de nuestro cultivo, manejo de suelos, presencia de plagas o enfermedades, a bajos costos y de manera inmediata, hablan de las bondades de estos recursos que esperamos, se afiancen y se amplíen en cobertura a toda la región cafetera nacional.
Celebramos que se avance de manera significativa en la subasta del espectro electromagnético como el proyecto de conectividad móvil más ambicioso de los últimos tiempos en Colombia y esperamos que a partir de estas posibilidades de conectividad, se valore de manera especial el mapa cafetero nacional para dar prioridad a quienes desde zonas apartadas aún esperan tener en las nuevas tecnologías el apalancamiento suficiente para hacer de su producción cafetera una apuesta competitiva y globalizada.
Valoramos el esfuerzo que desde este gobierno se piensa hacer para mejorar la red vial terciaria del país. Esta ha sido por años una preocupación latente del gremio que en otras épocas pudo atender con particular esmero la dirigencia nuestra. Buena parte de esa infraestructura tuvo en el café su mayor fuente de recursos para asegurar la productividad y las condiciones óptimas del sector.
Todavía escuchamos desde muchos departamentos y regiones del país, voces que reclaman por mejores vías que permitan una actividad productiva más segura y ajustada a los requerimientos de accesibilidad para su base campesina. De los 142.000 kilómetros de vías terciarias en el país, 58.000 están en zonas cafeteras y 53.000 de ellas, requieren con urgencia intervención. Esperamos que Programas como Colombia Rural, logre satisfacer esa recuperación y mantenimiento de carreteras como aporte de gran impacto en las regiones cafeteras del país.
Para el cafetero colombiano, el crédito de fomento que permita el mejoramiento de su infraestructura, sigue siendo una redención y una oferta pertinente para su emprendimiento productivo. Secaderos al sol para el pequeño productor y silos para los medianos y grandes productores, así como la construcción de más prácticos y cómodos beneficiaderos de café, se traducen sin duda alguna en apuesta por una mejor calidad del grano y un mejor precio de comercialización de la producción.
Los fertilizantes para el café, siguen siendo productos costosos para los productores y su adquisición cada vez más frecuente para efectos de productividad. Ahí valoraríamos mucho, Señor Presidente Duque, el acompañamiento de su gobierno con recursos que nos permita alivianar esta necesidad.
Ante su Ministro de Vivienda, Ciudad y Territorio queremos hacer sentir la solicitud unánime de las familias cafeteras nuestras por la promoción en este gobierno de planes y programas de vivienda rural como estímulo a la presencia en el campo de quienes a diario hacen del café su mayor razón y su más noble emprendimiento productivo. Si a unas buenas vías agregamos mayor conectividad y más amables ambientes y espacios de convivencia para las familias campesinas, más le apostamos a la unidad transformadora que desde ya nos proponemos ser.
Queremos desde Risaralda, con diversidad de perfiles, compartir desde este escenario, nuestra propuesta sobre el fomento de una formación posprimaria, técnica, tecnológica y profesional con énfasis en café. Para ello, puede aprovecharse buena parte de la infraestructura que en manos del Ministerio de Educación Nacional o de las Secretarías de Educación, está dispuesta en muchos de los municipios cafeteros del país y que otrora, significaron establecimientos de fomento agropecuario con significativo impacto nacional. La realidad actual nos obliga a pensar en la pertinencia de una alianza estratégica entre Gobierno Nacional, Federación de Cafeteros, Escuela Superior de Administración Pública, SENA y la academia en general, para que a partir de esa infraestructura existente y las necesidades del sector, se promueva la revisión de los Proyectos Educativos Institucionales y se reformulen contenidos pedagógicos orientados a la formación de nuevas generaciones cafeteras que vean en este producto y en esta industria, una verdadera alternativa de emprendimiento, de negocio y de vínculo laboral profesional. La formación de extensionistas cafeteros puede tener a mediano plazo en esta iniciativa, otra razón que justifique la puesta en marcha de esta propuesta de nuestro gremio.
Sigue siendo un tema de especial interés para nuestro gremio, el compromiso que pueda mantener el gobierno nacional con un piso mínimo de precio de comercialización para el café cuando el mercado internacional se vuelva esquivo para nuestro producto y fluctúe en términos desfavorables para el productor.
Desde muchos sectores productivos y en particular desde escenarios rurales colombianos, se viene reclamando al gobierno una mayor atención alrededor de la protección a nuestros líderes sociales. El café no es ajeno a esta solicitud y desde aquí queremos sumarnos como gremio a este pedido que sabemos, viene siendo atendido por las instancias nacionales del Estado.
A la luz de la Ley de Presupuesto que permite mecanismos de cofinanciación entre el Gobierno y las entidades territoriales con sectores privados o gremiales de reconocida solvencia y autoridad ejecutora, valoraríamos mucho, Señor presidente, considerar nuestra disposición y voluntad para participar en la ejecución de planes y programas inherentes a nuestro sector para contribuir con el avance de su Plan Nacional de Desarrollo. Han sido nuestras instituciones, aliadas del progreso y la transformación del campo colombiano.
Queremos volver a sentir el acompañamiento de este gobierno con el incremento del consumo de café colombiano como Bebida Nacional. Es desde el sector público, desde todas las instancias del Estado, entes territoriales, despachos públicos, desde donde debe animarse a los colombianos a consumir café de calidad, café de origen y a estimular con este compromiso el esfuerzo de nuestros productores.
Es hora de incluir esta excelsa bebida en las raciones alimentarias que ahora el gobierno distribuye a diario en los centros vida, en los hogares de adultos mayores, en los restaurantes escolares, centros penitenciarios, hospitales de la red pública nacional y en escuelas y colegios de todo el país. Si desde su gobierno, Señor presidente, se estimula este esfuerzo, estamos seguros que se contribuye de manera significativa con el aumento del consumo de esta bebida como otro propósito colectivo de nuestro gremio.
Nos proponemos desde ya promover en Colombia la realización del gran Congreso de Café y Salud para que, en el marco de esta convocatoria, se den cita en el país las más autorizadas voces médicas, científicas y académicas que permitan examinar las bondades de este producto y el efecto que a favor de la salud se derive de la bebida del café. Numerosas publicaciones con claro reconocimiento dan cuenta de los beneficios orgánicos a partir de un consumo moderado de café, lo que nos anima a propiciar este escenario de discusión y a partir del mismo, reafirmar la convicción de promover su consumo a mayor escala.
El cooperativismo caficultor es el principal instrumento de la institucionalidad para una eficiente comercialización y medio para llevar a la práctica el servicio de la Garantía de Compra a los productores de café. En los últimos tiempos, las cooperativas patrocinadas por la Federación Nacional de Cafeteros han visto seriamente amenazada su competitividad en la actividad y, por ende, también su sostenibilidad económica y financiera por causa de la competencia desleal de una parte de los comercializadores de café que utilizan indebidamente la figura del cooperativismo, tal como lo hemos evidenciado, pues no cumplen con la formalidad que impone la ley.
Por esto, además del compromiso expresado en el encuentro de dirigentes del Suroeste Antioqueño el pasado mes de noviembre, de trabajar para que el sistema cooperativo cafetero cuente con un mejor tratamiento tributario, acceso a crédito y facilidades comerciales, vemos imprescindible contar con la gestión efectiva en las instituciones gubernamentales, como la Superintendencia de Economía Solidaria, la DIAN, la UGPP, para que controlen y garanticen la legalidad de los diferentes actores que intervienen en la comercialización interna del café.
Señor presidente, como se lo ha dicho en tantas ocasiones este gremio a los representantes del Gobierno en el Comité Directivo y como tuvimos oportunidad de expresárselo a usted hace un año en el pasado Congreso, el Fondo Nacional del Café tiene una pesada carga desde el 2001 que no termina de resolverse judicialmente, y que además respetando los derechos adquiridos de los beneficiarios y las decisiones judiciales, consideramos terriblemente injusta y onerosa para nosotros los cafeteros y el Fondo que con nuestro esfuerzo hemos ayudado a construir.
Señor presidente, cursa en el Congreso el Proyecto de ley 203 de 2020, el mismo puede ser mejorado, pero es la iniciativa de un buen número de congresistas que más que nada son sensibles a las necesidades de la población caficultora. En dicho proyecto el legislativo quiere abrirle paso al Gobierno para que pueda asumir ese pasivo a cambio de que a esos recursos que se liberarían, podamos, por ejemplo, darle paso a un programa sostenible en el tiempo de renovación del parque cafetero, que le permita a la caficultura seguir siendo eso que usted llamó hace un año el muro de contención de la ilegalidad y los cultivos lícitos y el camino a la paz.
Le agradeceríamos que su gobierno considerara darle el aval y ayudarnos a impulsar ese proyecto en el congreso para que dejemos con usted consolidado un plan de largo aliento para la sostenibilidad y rentabilidad del café de Colombia que es su mejor embajador ante el mundo y el mayor generador de tejido social y paz en el país.
Es pues y seguirá siendo el café, nuestra gran preocupación, nuestro compromiso y la razón para seguir avanzando en la búsqueda de mejores condiciones de vida para nuestras familias, nuestras comunidades, nuestros pueblos y para un país que, como el nuestro, ha tenido, tiene y seguirá teniendo en este producto el mayor dinamizador de su economía campesina.
Muchas Gracias.
Germán Parra Correa
Presidente 88 Congreso Cafetero